En la tercera sesión de su curso el Pr. Kagan trata del mundo y de la sociedad de la época oscura. Esto, evidentemente, le lleva a tratar de los poemas homéricos y de la fiabilidad de la información que de ellos se puede obtener.
El Pr. Kagan acepta, en principio, la existencia en la Ilíada y la Odisea de elementos que sólo se explican desde el mundo micénico (como por ejemplo el catálogo de las naves del libro II de la Ilíada, que recuerda las ciudades y poblaciones de esta época). Sin embargo la sociedad y, sobre todo, la estructura de poder y la economía no son en modo alguno aceptables para el mundo micénico. Por lo tanto estos aspectos reflejan la sociedad contemporánea a Homero.
Se trata, así pues, de un repaso muy bien hecho de qué aspectos de la sociedad de la época oscura podemos conocer y del valor que las distintas fuentes que nos aportan material tienen (el cita expresamente tres; los poemas homéricos, las leyendas y la arqueología). Es quizá, de las tres conferencias que he oído, la más amena y mejor estructurada. Destaca, ya al final, el comentario dedicado a la ética heroica, especialmente cuando compara la respuesta del mundo griego al problema de la trasdencentalidad tras la muerte, en comparación con las soluciones dadas por algunas religiones orientales y la cristiana en particular.
El Pr. Kagan acepta, en principio, la existencia en la Ilíada y la Odisea de elementos que sólo se explican desde el mundo micénico (como por ejemplo el catálogo de las naves del libro II de la Ilíada, que recuerda las ciudades y poblaciones de esta época). Sin embargo la sociedad y, sobre todo, la estructura de poder y la economía no son en modo alguno aceptables para el mundo micénico. Por lo tanto estos aspectos reflejan la sociedad contemporánea a Homero.
Se trata, así pues, de un repaso muy bien hecho de qué aspectos de la sociedad de la época oscura podemos conocer y del valor que las distintas fuentes que nos aportan material tienen (el cita expresamente tres; los poemas homéricos, las leyendas y la arqueología). Es quizá, de las tres conferencias que he oído, la más amena y mejor estructurada. Destaca, ya al final, el comentario dedicado a la ética heroica, especialmente cuando compara la respuesta del mundo griego al problema de la trasdencentalidad tras la muerte, en comparación con las soluciones dadas por algunas religiones orientales y la cristiana en particular.
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